Chronique d'une haine banalisée
Clément Méric, militant anti-fasciste et brillant élève de Sciences Po de
18 ans, a été tué hier par un groupe de militants d'extrême
droite en plein de cœur de Paris. Cet acte barbare fait aujourd'hui
l'indignation de tous, politiques compris. Et pourtant certains
politiques sont entièrement responsables de cette agression. La
France tend vers une idéologie extrême, pire encore vers une
banalisation de celle-ci. Preuve en est la violence verbale de
certains politiques, les propos racistes pleinement assumés par une
droite pourtant non extrême et à qui personne, absolument personne,
ne s'oppose. Ceux qui en doutent peuvent le vérifier aisément :
aucune plainte contre Copé et son fameux pain au chocolat,
rien non plus contre ces discours homophobes qui polluent la nation
depuis le débat pour le mariage pour tous. La banalisation de la
violence verbale des élites, parti d'extrême droite compris,
débouche inévitablement sur la banalisation de la violence physique
de ces mêmes idéologies. L'indignation provoquée aujourd'hui par
le meurtre de Clément sera oubliée demain, laissant place à
d'autres débats politiques haineux qui amplifieront les haines et
multiplieront les violences physiques. Ça pue aujourd'hui en France,
et soyez certains que le responsable de cette puanteur n'est pas la
crise, mais bel et bien l'intolérance et la passivité...
Clément Méric, militante antifascista y brillante estudiante en Sciences Po de 18 años, fue asesinado ayer por un grupo de militantes derecha extrema en el corazón de París. Este acto bárbaro indigna a todos, inclusos a los políticos. Sin embargo algunos políticos tienen la responsabilidad de este ataque. Francia se dirige hacia una ideologia extrema, peor que eso, hacia su trivalización. Lo prueba la violencia verbal de unos políticos, las palabras racistas de una derecha que no se quiere extrema y con que nadie, absolutamente nadie, se opone. Los que lo dudan pueden comprobarlo fácilmente : ni una queja contra Copé y su famoso pan de chocolate, nada tampoco en contra de los discursos homofobos que contaminaron a la nación durante el debate por el casamiento para todos. La banalización de la violencia verbal de las élites, incluso de los del partido de la derecha extrema, conduce inevitablemente a la trivalización de la violencia fisícas conductas por estas ideologías. La indignación por el asesinato de Clément se va a olvidar mañana, dejando lugar para otros debates políticos qua amplificarán el odio y, a continuación, la violencia física. Apesta actualmente en Francia, pero pueden ser seguros que la causa no es la crisis, sino la intolerancia y la pasividad...
Clément Méric, militante antifascista y brillante estudiante en Sciences Po de 18 años, fue asesinado ayer por un grupo de militantes derecha extrema en el corazón de París. Este acto bárbaro indigna a todos, inclusos a los políticos. Sin embargo algunos políticos tienen la responsabilidad de este ataque. Francia se dirige hacia una ideologia extrema, peor que eso, hacia su trivalización. Lo prueba la violencia verbal de unos políticos, las palabras racistas de una derecha que no se quiere extrema y con que nadie, absolutamente nadie, se opone. Los que lo dudan pueden comprobarlo fácilmente : ni una queja contra Copé y su famoso pan de chocolate, nada tampoco en contra de los discursos homofobos que contaminaron a la nación durante el debate por el casamiento para todos. La banalización de la violencia verbal de las élites, incluso de los del partido de la derecha extrema, conduce inevitablemente a la trivalización de la violencia fisícas conductas por estas ideologías. La indignación por el asesinato de Clément se va a olvidar mañana, dejando lugar para otros debates políticos qua amplificarán el odio y, a continuación, la violencia física. Apesta actualmente en Francia, pero pueden ser seguros que la causa no es la crisis, sino la intolerancia y la pasividad...
Clément Méric, anti-fascist militant and brilliant student at Sciecnes Po, 18, was killed yesterday by a group of fascist militants in the heart of Paris. This barbaric act indignates today everybody, including polotical people. But some politicians are fully responsible of the attack. France drifts actually to extreme ideology, worse to its banalisation. Proof of this are the verbal abuses of some politicals, racist ideas freely expressed by a right which is not extreme and absolutely nobody is opposed to that. Those who doubt this can easily check it : any complaint against Copé and its famous chocolatebread, nothing against the homophobic speeches which are polluting the nation since the debate about the marriage for all. The trivalization of verbal abuses from the elites, extreme right party included, inevitably leads to the trivalization of physical violences of theses ideologies. The indignation caused by the murder of Clément will be forgotten tomorrow, leaving the place free to other politician debates full of hate which will amplify the hatred and physical violence. Today in france it stinks, and you can be sure that the cause of this stench is not the crisis, but rather intolerance and passivity...
Sources :
Le Monde
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